sábado, 6 de abril de 2013

PROPUESTA PEDAGÓGICA



Una Didáctica Holística para la enseñanza de un idioma extranjero
El Holismo pone el énfasis en la interacción por sobre el contenido; toma al alumno como un ser físico, biológico, emocional, cognoscitivo y espiritual*.
 Una enseñanza holística tiene presente que la enseñanza es siempre una interacción constante de estos planos entre sí a nivel individual, al tiempo que toma consciencia de la interacción entre la relación humana, el contenido-conocimiento y  el contexto.
El educador holístico sabe que está ejerciendo influencia sobre sentimientos y pensamientos del alumno, en todas sus dimensiones* al mismo tiempo. Partiendo de esta base, es que una enseñanza holística consciente ha de ser más placentera y alegre, logrando así no sólo aprendizaje sino también el disfrute para alumnos y maestros.
La enseñanza de un idioma es, como suelo decir, muy ‘suertuda’. Tratándose de una herramienta de comunicación, ‘cualquier excusa es buena’ para utilizarla y aprenderla. Un maestro atento puede flexibilizar su planificación al grupo de alumnos que tiene enfrente en ese momento,  de tal manera que enseña lo que necesita enseñar para cumplir con los objetivos del curso, teniendo en cuenta los intereses, características, y emociones de los alumnos.
Tener un norte con un par de ases en la manga, llegar a la clase atento, firme en su propósito, conectado con sus alumnos, sentir y decidir cuál as usar. Construir así, el ambiente adecuado para el disfrute del aprendizaje, disfrute que permite una incorporación del conocimiento más profunda.
La aplicación de:
herramientas de PNL, activando el hemisferio derecho; 
la Inteligencia Emocional, permitiendo/provocando autoconocimiento, autoregulación, motivación, empatía y habilidades sociales;
del juego, ofreciendo alegría y relajación;
diversas actividades trabajando el mismo contenido, atendiendo a las múltiples inteligencias.

Tener en cuenta los diferentes momentos del proceso de aprendizaje;
saber que los estímulos recibidos en un idioma extranjero no son suficientes para que el alumno construya todo el conocimiento por sí mismo, por lo que uno de los momentos de la enseñanza ha de ser la explicación de la regla o la confirmación de la regla que el alumno ha construido; 
que la repetición es necesaria como ejercicio mental memorístico; 
que no hay palabras difíciles; 
quitarle el cuco a la gramática, convirtiéndola en aliada a través del juego.

El centro ha de ser el alumno, ya no el maestro. Es el maestro quien debe acomodar sus herramientas al grupo y al momento, al mismo tiempo que provoca el ambiente adecuado. De esta manera, la planificación ha de ser flexible y la evaluación permanente: 
Permanentemente debe estar el maestro atento, haciendo un diagnóstico del desarrollo de su clase y así pudiendo decidir cuáles actividades son las mejores para lograr su objetivo.
La evaluación del aprendizaje será: 
permanente, diagnosticando el progreso,
enfocada en lo adquirido y desplegado por el alumno; 
una apreciación explicativa de los logros obtenidos, y de los objetivos a cumplir. 
Las evaluaciones formales serán acompañadas de instancias de evaluación informal, en las que el alumno no está dando examen sino utilizando lo que aprendió en actividades de comunicación divertidas, sin esfuerzo ni tensión.
Por Michèle Schäfer