desenganchándonos del miedo, del enojo y del dolor; tener una mirada más alta, una perspectiva más amplia y, confiando en el propósito y en nuestra capacidad de atracción, cambiar la frecuencia de ese pensamiento/emoción, siendo más amoroso y positivo.
Mantener alta tu frecuencia significa mantener alerta tu consciencia de tal manera que tus acciones -desde las más pequeñas como sonreir a un extraño en la calle- y tus palabras sean sólo amorosas y positivas.
Esto requiere estar presente en el aquí y ahora, constantemente; si me distraigo, por hábito nomás, vuelvo a bajar la frecuencia.
Todo esto se trata simplemente de ser presentes y conectados con el sentir y por ende más amorosos, respetuosos, generosos, optimistas y alegres.
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